Theme Layout

Boxed or Wide or Framed

Theme Translation

Display Featured Slider

yes

Featured Slider Styles

[Fullwidth]

Display Trending Posts

yes

Display Instagram Footer

yes

Dark or Light Style

Experiencia Lolita: Anthar - Chile



Me llamo Anthar aunque muchos me conocen como Tharan, mi alias de redes sociales y soy una otaku incurable desde que tengo memoria. Cuando estaba en la escuela pasaba los fines de semana en eventos de anime de mi ciudad en el sur de Chile, Concepción. En uno de estos eventos por allá por el 2006 ó 2007 recuerdo que vi a una chica vestida con un vestido precioso de tela cuadrillé celeste que iba a juego con su blusa, calcetas y zapatos blancos. Mayor fue mi sorpresa cuando volví a ver a esta chica el lunes siguiente ¡en mi colegio!, se llamaba Catalina e iba un año más abajo que yo. Me armé de valor y le fui a hablar durante el recreo. Le pregunté inocentemente qué personaje era ese del que estaba cosplayeando el sábado anterior, y ella sólo se limitó a mirarme sin mucho interés por un momento y luego decirme “no es un cosplay, es una moda japonesa y se llama lolita".


En este momento, Occidente vivía el boom de las modas japonesas, y Chile no era la excepción (¿Se acuerdan del Visual Kei y "El Diario de Eva"?). Gracias a esto había muchísima información en internet y pronto descubrí a Mana-Sama, la Gothic & Lolita Bible y simplemente me obsesioné con el estilo, aunque no me atreví a vestirlo hasta que entré a la universidad. 

Por aquel entonces, viviendo en una ciudad como la mía en donde todo el mundo se voltea a mirar e insultarte si eres diferente, me vi en la necesidad de encontrar personas que al menos me entendieran, una comunidad con la que compartir esta nueva parte de mí que estaba descubriendo. Así, llegué a "Loleins en Conce", un grupo de Facebook con las lolitas del momento, lideradas principalmente por Camila o también conocida como Nosoyfashionista. La verdad es que no sentí que el grupo satisfacía mis necesidades, así que me desilusioné y vendí casi toda la poca ropa lolita que con mucho esfuerzo había logrado obtener. 

Honestamente, nunca dejé de seguir el estilo en internet y sólo bastó que mi pareja me apoyara para volver a motivarme a vestir lolita. Para cuando volví a las pistas, la escena lolita estaba prácticamente muerta, pero albergaba la esperanza de que las chicas todavía tenían sus vestidos empolvados en el closet. Fui acercándome personalmente y de a poco organizé reuniones hasta que más chicas se fueron uniendo a nuestras filas y creé otro grupo en Facebook para organizar mejor las actividades. Entre bromas nombramos el grupo Desempolvadas Concepción. Ahora, la comunidad lo era todo para mí. No había ni dinero para juntas elegantes ni para ropa (ni hablar del brand), pero sí había muchas ganas de juntarse y mucha creatividad para pasarlo bien con nuestro escuálido presupuesto.

Desempolvadas Concepción
Luego de esto, viví por 6 meses en Santiago, Chile. Acá la comunidad era mucho más grande, había cerca de 200 lolitas en el grupo y fácilmente llegaban 20 a las juntas. Las admin organizaban algo especial cada mes, muchas veces con temática. Pero con la cantidad viene la variedad, hay de todo tipo de personas, así que cuesta tener a la comunidad unida, las chicas se juntan más bien con su grupo similar-pensante y no es tan necesaria la comunidad como instancia física para encontrar personas con las que salir o que te acojan en la lolitud. 

Finalmente, volví a Concepción en donde terminamos de consolidar la comunidad local con las chicas de siempre, y nos volvimos inseparables. Es ridículo como algo tan frívolo y simple como la ropa puede hacerte conocer a las mejores personas y formar amistades que probablemente duren toda la vida.

Me casé y nos mudamos a Vancouver, Canadá, en donde ya llevamos viviendo más de un año. En Norteamérica el lolita se vive muy poco en comunidad y mucho sola o en pequeños grupos. Acá es normal vestirte como se te antoje y que a nadie le importe ya que la gente apenas se mira. Sólo en el grupo de mi ciudad hay más de 300 personas, muchas son de otras ciudades de British Columbia o incluso de USA, y las admin sólo organizan los International Lolita Days, mientras que el resto del año los miembros simplemente proponen ir a lugares o hacer una actividad en específico. Como bien supondrán, el nivel de vida de alguien de clase media en el primer mundo es inigualable a Chile. El dinero acompaña muchísimo y con la asequibilidad del lolita cada vez mayor, es muy común ver chicas vestidas de brand de pies a cabeza tomando high tea cualquier fin de semana con sus amigos. Sin embargo, cuesta compaginar los tiempos de las chicas y cada uno vive la vida de forma muy distinta, por lo que la comunidad local tiene casi nulo protagonismo. Después de todo, estamos en la era en que te sientes parte de una gran comunidad global (EGL si se me permite) a dos clics y un hashtag en redes sociales.

You Might Also Like

Follow @Bowsmagazine