Es común que cuando vas por la calle la gente murmure a tus
espaldas, otros más valientes se acercan a preguntar “¿Es un disfraz?” o “¿Cómo se llama ese
vestido?” o en casos extremos las señalan
desde el otro lado de la calle gritando “¡Mami, mami mira ese vestido de muñeca!”.
Es algo a lo que debemos acostumbrarnos pero, qué pasa si alguien nos pregunta “¿Oye,
y ese estilo, de dónde viene?”.
¿Qué responderían ustedes? Muchas responderán que es un estilo o una
subcultura inspirada en las vestimentas de las épocas del Rococó,
Victoriana, Barroco y Edwardiana. Que no es un disfraz, ni mucho menos un
vestido cualquiera que encuentras en las tiendas departamentales de la ciudad,
que es un estilo de vida. Por esto, ¿qué les parece si ahondamos un poquito más en
las diversas épocas que inspiraron este estilo?
Empezaremos con el Estilo Victoriano, el cual es un
estilo de arquitectura, moda, literatura, artes decorativas y visuales, entre
otras áreas, que se caracteriza por un renacimiento de la estética gótica y clásica.
Éste estilo se impuso
durante el reinado de la Reina Victoria de Gran Bretaña, durante parte del siglo XIX (20 de junio 1837–22 de enero 1901).
La reina Victoria, por Alexander Melville. |
Un recorrido por este siglo, debería partir por el Estilo Imperio (Empire Gown), que fue la novedad del siglo XVIII y llegó hasta las primeras décadas del XIX. Es un diseño sencillo, de cintura alta anudada bajo el pecho que no marca la figura, con un largo hasta los tobillo permitiendo que los pies se vean. Las mangas podían ser cortas o largas ajustadas. El vestido se elaboraba con telas bastante finas tales como muselina por lo cual se usaban enaguas de algodón y una especie de sostén llamado zona que ayudaba a sostener el pecho.
Las cofias de algodón, que se usaban para cubrir la cabeza en el hogar, evolucionaron hacia los Bonnets, sombreros de ala ancha que se atan bajo la barbilla con un lazo. Había de varios estilos, algunos sencillos, otros mas ornamentados con flores, lazos y telas.
Los tiempos avanzan y la sociedad industrial obtenía un mayor nivel, por lo que los trajes evolucionaron, haciéndose mas recargados con vistosos bordados, telas llamativas y costosas. Estos vestidos eran ajustados al cuerpo, de mangas largas, con chaquetas estrechas que permitian marcar la cintura. El amplio de las faldas se conseguía con enaguas de aros o Crinolinas, y tenían un largo que no dejaba ver los pies de las damas.
Durante esta época también fueron muy populares los Princess Dress que eran largos, de una sola pieza con un cuerpo ajustado y una falda con crinolina. Estos vestidos se abotonaba desde la parte superior hasta los pies. ¿Se imaginan cuantos botones?
El Hourglass Dress se hizo muy popular durante la mitad de siglo, gracias a su forma de reloj de arena que conseguía en las mujeres una silueta ceñida al cuerpo, destacando el busto y la cintura que luego se hacia mas ancho en las caderas. ¿Cómo se lograba esta figura? Sencillo: Gracias al corsé la cintura se estrechaba y aumentaba el busto, y con ayuda del polisón el vestido se ponía mas ancho en las caderas y a la altura del trasero. Estos trajes eran largos y se estrechaba a la altura de los tobillos. Podemos imaginar que caminar no era muy sencillo que digamos.
Pero no estando contentos con eso, hacia 1880 el vestido se hizo mas largo, el polisón y la falda mas grandes y el corsé debía ir mucho mas apretado, para crear un contraste pecho-cintura-cadera. Una figura naturalmente imposible, y que, por su forma, obtuvo el nombre de Hourglass figure Dress.
Acompañando estos vestidos, estaban los llamados Bird's Nest Hat, que eran pequeños sombreros de ala corta muy recargados con adornos de plumas, guirnaldas e incluso algunos llevaban un nido de pájaros con pájaros no vivos en ellos. Para las fiestas y reuniones mas formales los turbantes de seda adornados con joyas, plumas y flores se pusieron de moda por influencia de la cultura Hindú.
Pronto todas esas incomodidades de los polisones y crinolinas quedaron atrás. La mujer necesitaba liberarse de ello y las reemplazó por simples enaguas y pantaloncillos o drawer, que eran mucho mas adecuados. Los trajes eran ahora mas cómodos y prácticos, pues comenzaban a incorporarse paulatinamente al mundo laboral administrativo. Aquellas exageraciones quedaron olvidadas gracias a los Twill Walking Skirt, faldas circulares ceñidas con un cinturón y acampanadas en la parte inferior, un poco mas cortas dejando ver lo botines de las damas.
Esta imagen la complementa una blusa de cuello alto y mangas abullonadas, más una chaqueta corta y ajustada. En la cabeza, un sencillo y pequeño sombrero muy poco adornado, o un simpático sombrero de paja decorado solo con un lazo o una pequeña pluma, terminaban este sencillo pero elegante atuendo. Entre los objetos cotidianos de las mujeres victorianas relucían los parasoles y pequeños bolsos tipo bombonera fabricados en satén y terciopelo con algunos bordados.
No es para extrañarse que los diseñadores lolita actuales saquen tantas ideas para sus creaciones de esta época. Y queda claro porqué el estilo victoriano es considerado uno de los estilos influyentes en el Lolita.