imagen: dailytexaonline.com
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Nunca me ha llamado la atención la cultura pop japonesa, no veo animé, nunca fui visual ni otaku y por ello muchas veces me sentí como pollito en corral ajeno. Tampoco soy de seguir personas, mucho menos de tener ídolos. Y me doy cuenta que la mayoría de las lolitas tienen sus orígenes en este interés por el país y la cultura asiática.
Cuando recién comencé a asistir a las reuniones muchas hablaban sobre cosplayers, lolitas antiguas o figuras importantes dentro de esta moda y para mí, simplemente, era chino: no sabía de qué hablar, qué opinar, por lo que fueron instancias muy incómodas donde incluso llegué a pensar en desistir del lolita.
Yo escucho otra música, no sigo a nadie, ni siquiera sirvo para ser fanática de una marca o de saberme el nombre de los prints o modelos que me gustan. Creo que por lo mismo me costó encontrar un grupo donde sentirme cómoda y donde sintiera que podría no-ser-tan-fans de nada de esto.
No se trata de desinterés, sino, tal vez, de tener demasiados gustos en la cabeza y preocuparme más de disfrutar el lolita que de memorizar nombres.
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Y ustedes, ¿se han sentido como un bicho raro?