Para el
ciudadano común, la experiencia de ver a una Lolita sigue siendo un “encuentro
cercano del tercer tipo” y amerita frotarse los ojos, limpiarse los lentes y
tomar fotografías. Pero ¿qué pasaría con el Lolita si se hiciera popular?
Encendamos
un rato la máquina “Quetalsi” del Profesor Hubert J. Farnsworth y exploremos
las posibilidades:
- Proliferarían las ITAS. La desesperación por unirse a la nueva “onda” provoca que muchos se lancen de cabeza con poca o ninguna información, y acaben convirtiéndose en lo que en otras escenas se conoce como “poser”. Los errores de novata no los cometerían un par de chicas por comunidad, sino que serían cientos de n00bs estrepitosamente al mismo tiempo y por todos lados.
- Se alzarían las Brandwhores. Autodenominándose las “true” del Lolita, las primeras en llenar su closet de Brand se dedicarían a exhibirse y a decidir por su cuenta quién puede ser Lolita y quién no. Y, sin haber hecho méritos, tratarían de darse la misma importancia que tienen las modelos, diseñadoras y embajadoras con experiencia, pero con pura actitud de diva.
- Probablemente habría más desinformación y prejuicio que información. Irónicamente, entre más popular es una tendencia, menos se sabe sobre ella. Las que realmente estaban “destinadas” a ser Lolitas encontrarán la verdad entre el mar de mitos, prejuicios y reportajes sensacionalistas. Pero las demás sólo ayudarán a confundirse entre sí y a confundir al público en general.
- Odiar al Lolita y atacar a las Lolitas en algún momento se convertiría en tendencia. Mucha gente se sentirá intimidada y excluida cuando se vea rodeada de algo que no entiende y que no le parece tan genial como para merecer la importancia que se le da. Inevitablemente se convertirán en Haters por moda sin distinguir “justas” de “pecadoras”.
- La gente tendría más curiosidad. Con toda la información contradictoria abrumándolos, es más probable que por puro cansancio las personas finalmente se acerquen a una Lolita para preguntarle por el estilo con auténtica intención de escuchar y aprender.
- Limpiaría la escena. Los picos de popularidad suelen subir, arrastrar y caer, como lo hace una ola, y es posible que cuando el agua se retire haya dejado un montón de conchas hermosas. Las chicas que queden después de que la afición se apague probablemente serán Lolitas más fuertes y sabias, y menos propensas a crear dramas y a convertir el estilo en un concurso de popularidad.
- Sería menos especial. Sería más sencillo y económico conseguir Lolita si la demanda aumentara, además la escena y las comunidades se inflarían de un día para otro con nuevos miembros, pero eso no necesariamente las haría más cálidas. A algunas les emocionaría encontrar Lolitas todo el tiempo por la calle, mas a otras las pondría tristes saber que su estilo favorita se ha convertido en algo común y corriente. Es cuestión de perspectivas.
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¿Qué dices? ¿Quieres que el
Lolita se haga popular o prefieres que se quede como está?