Por Elisa
Por muchos motivos, nuestro cuerpo sufre transformaciones, ya
sea para peor o mejor. Si eres lolita
desde pequeña y lo vas llevando mientras creces, habrá blusas que de
busto ya no te cierren. Faldas que te quedaban a la medida, ahora te quedan
cortísimas por un estirón de último minuto.
En nuestra trayectoria lolita podemos adelgazar o engordar,
debido a cambios hormonales, enfermedades, atracones de ansiedad o simplemente
porque la genética no nos acompaña.
¿Qué hacer cuando notamos que hay ciertas prendas que ya no
nos quedan o que costará un esfuerzo enorme para que nos queden bien? (Bien, es
decir, sin botones proyectil, sin costuras por romperse y sin
sobre exigirle al cierre. Bien, es decir, que la falda no se te caerá a cada
rato, que una blusa/OP/ JSK no se te vea toda “bolsonuda” en la espalda, y que las cintas del shirring no se unirán
en los bordes).
Antes que todo, ser realistas: Si tú crees que no volverás a tener el cuerpo de antes (más delgada o más
ancha) es mejor ver qué hacer con la ropa que está allí, percudiéndose, apolillándose…
Puedes renovar tu closet, es decir, vender lo que ya no
usarás y lo que ganes invertirlo en nuevos ítems que sí podrás lucir.
Si tú crees que podrás volver a ser la misma a mediano plazo,
porque tu cambio sólo fue transitorio
debido a una enfermedad o embarazo, aunque se lea tortuoso, puedes ver cómo
está ahí la ropa, esperándonos a que la usemos nuevamente. A veces, eso motiva
más que cualquier cosa.
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¿Durante tu vida en el Lolita, has tenido que
pasar por esta situación? ¿Cómo la has enfrentado?