PÁNICO EN LA PUERTA

Si fuera tan fácil como ABC, 123, no habría quienes suspiran por esta moda sin haber podido completar su primer coord o sin atreverse siquiera a empezar armarlo. Además de las obvias dificultades de ahorrar, para una moda que exige un mínimo de 6 elementos básicos para un solo atuendo, está la dificultad un poco más sutil de enfrentar al mundo con tus encajes. Y es que algunos hemos sido bendecidos con belleza celestial pero no con la misma cantidad de confianza.

A todos nos importa, en menor o mayor grado, lo que piensen de nosotros y para algunos intentar atravesar el umbral de la puerta con nuestros primeros coords es equiparable a intentar acercar dos imanes de carga positiva. La mano se alza hacia el picaporte y empieza el baile: un pasito para adelante, un pasito para atrás, dar la media vuelta, volverse a retocar, un paso al costado y ahora a encontrar excusas para retrasar el momento de la salida. Saber que allá fuera están las miradas, las sonrisas burlonas y los comentarios puede ser muy intimidante.

Si has sido víctima del pánico justo a la hora de salir aquí hay algunos consejos:

1. Recuérdate a ti misma por qué te gusta el Lolita: ¿Qué fue lo que te enamoró de esta moda por primera vez? ¿Fue un escrito, una canción, el primer Dream Dress, una celebridad Lolita? Sea lo que sea, repásalo antes de salir. Escucha, lee, mira, siente… Recuerda por qué haces esto y por qué crees que vale la pena.
2. Lleva un “kit de seguridad”: Antes de salir revisa que lleves lo necesario para cualquier urgencia (sombrilla, maquillaje, servilletas, algo para distraerte). Llevar lo que puedas necesitar en un imprevisto te ayudará a tener confianza en que podrás enfrentar lo que se venga.
3. Analiza la situación: ¿Qué crees que pasará cuando salgas y te vea la gente? ¿Piensas que se lanzarán sobre ti y harán jirones tu vestido, como las hermanastras de Cenicienta? ¿Piensas que te apedrearán o te harán algún daño físico? A menos que vivas en un lugar muy intolerante y violento, probablemente no sea así. Lo máximo que te sucederá es que te harán los mismos insultos infantiles y faltos de creatividad que nos hacen a todas. Si te pones a pensar, tú también podrías burlarte de mucha gente que ves por la calle, pero tú tienes modales. Esa es la diferencia.