En 2005 la revista Paula publicó un texto corto titulado “Lolita”. Contaba la historia de Beatriz, la primera lolita en Chile. Con 16 años, la fotografía a página completa mostraba todo su atuendo: zapatos, calcetas, pantis, falda, blusa, parasol y cintillo. Todo blanco y lleno de encajes.
Tres años antes, Beatriz había aprendido a coser. Buscaba los patrones para hacer un vestido victoriano y llegó, por casualidad, a la página de Baby the Stars Shine Bright: “fue amor”, recuerda.
Revisó esa página todos los días, y todavía lo hace. Decidió modificar la ropa que ya tenía para convertirla en sus trajes lolita. Después cosió su propia ropa lolita. Comenzó a venderla en 2004 sin la aprobación de sus padres: “A ellos no les gusta ni el Lolita ni que haga ropa. Igual lo aceptaron con el tiempo, cuando vieron que no iba a cambiar de idea. Pero me prefieren sin lolita y habiendo estudiado otra cosa”.
Nueve años después, tiene su propia marca, Chérie Cerise. Trabaja de lunes a viernes solamente en ella. Su clientela actual es, en su mayoría, extranjera. En agosto de 2013 fue invitada a Londres a un evento organizado por la comunidad de lolitas inglesa, Tea Party Club: “Vendí ropa en Londres y a las lolitas inglesas les encantó”.
La marca de Betty ha tenido grandes éxitos, entre los que destaca la falda Sparkle Jimble Jellyfish. La última creación de Chérie Cerise es el JSK Queen of Bats. Un vestido goth con hombros de murciélago y con bordado en la falda, que aún está disponible para pedidos en su sitio web.
Actualmente, Betty ya trabaja en los diseños de su próxima colección : "Se vienen prendas más sencillas y casuales. Enfocadas en estar cómoda sin dejar de verse cute".
En Chile las primeras faldas que hizo Beatriz son una leyenda. Se han vendido de lolita en lolita hasta perderles el rastro.